En el siglo XV vivían sin rumbo fijo en las pampas, trasladándose solos, a veces con la
compañía de una mujer, su “CHINA”. Se ganaban la vida a
partir de la caza y cuereo de ganado cimarrón que se había reproducido al ser introducido en estas tierras por los españoles.
El cuero era muy preciado por los europeos.
Muchos
se emplearon en estancias y saladeros, otros se enrolaron en las milicias y
tuvieron actuaciones centrales en la lucha por la independencia.
La figura del gaucho en la
literatura gauchesca lo caracteriza como fiel a la palabra, austero y solidario, libre y orgulloso de su naturaleza, y con un estilo
de lenguaje propio.
Román - 6 "B"